Hola, ayer representamos “Una de Tantas” con gran éxito en el Ayuntamiento, para la escasa tercera parte del aforo, pero a pesar de todo nosotros disfrutamos en el escenario y el público se le pasó bomba, tanto es así que todos comentaban lo mismo, ¿Ya se ha acabado?, y no era por la duración de la obra, que es lo que es, sino porque se les había pasado el tiempo muy rápidamente por lo bien que lo habían pasado.
Pero yo no puedo dejar de contar una anécdota que pasó en este querido Logroño que tanto amo. A la hora de entrar en la fila se encontraba un matrimonio bien vestido y con aires de dignidad, pues bien, al llegar a la persona de la asociación A.L.A.R que estaba con las entradas le preguntaron.
_ ¿Es esto teatro?
_ Sí. Contestó la persona de la asociación. _Son cinco euros ya que es una obra a beneficio de A.L.A.R.
A lo que con mucha dignidad respondieron.
_Es muy Caro. Y sin más dieron media vuelta ante el estupor de los allí presentes y se fueron con su dignidad. Y no fue el único.
Pues mire Usted Señor, yo prefiero actuar ante un tercio del aforo, que han ido porque le interesa lo que allí se está haciendo, que ante todo el aforo lleno, CUANDO ES GRATIS, abarrotado por personas que lo que estamos haciendo en el escenario les importa un bledo, ya que lo que único que pretenden es pasar la tarde en un sitio caliente hasta que llegado las nueve, se empiezan a marchar ya que tienen que ir a cenar a las nueve y media, y eso lo he visto yo desde el escenario muchas, muchas veces. Que estando a la mitad de la obra empiezan a desfilar camino de sus casas o de la Residencia de turno.
El pensamiento de éste, mi querido Logroño, sigue siendo pueblerino. Si los que están en el escenario son de fuera, aunque sean un “Bluf”, no les importa pagar 30, 50, o 90 euros, ya que su calidad se les supone siendo de más allá de Piqueras, no te digo nada si son de más allá de los Pirineos. Mientras que los de aquí somos aficionados y nativos por lo que, parafraseando a Bretón de los Herreros, “Tanta honra merecemos” con su presencia, que casi debemos pagar para que acudan a nuestras humildes representaciones.
Lo cierto es que tanta nuestra afición, que dedicamos muchas horas al año para que recibamos el beneplácito de la presencia de tan dignas personalidades. Pero no nos importa que estos individuos no acudan, siempre habrá personas que sí, que acuden por que les interesa, y por esos son por lo que seguimos aunque nos cueste dinero. Porque esa es otra, en ésta querida tierra la CULTURA es un subproducto del vino y el futbol. Éstas Navidades me apunté de figurante en una ópera que se representó dos veces en “El Baluarte” de Pamplona. Me costó dinero, entre viajes y comidas, ya que tuve que acudir siete días a Pamplona, pero no me importó, quería aprender. Y aprendí que ellos juegan en primera división y nosotros en quinta regional. Las localidades eran a veinte euros, digo bien a veinte euros, no a cinco. Pero ninguno de los dos días bajó el aforo de 1000 personas. Además, las ayudas del gobierno de Navarra, del Ayuntamiento de Pamplona, y de diversas entidades tanto públicas como privadas fueron varias.
Alguien mucho más inteligente que yo dijo: Nadie es profeta en su tierra. Y yo añado: Pues ellos se lo pierden.
Os dejo unas fotos.
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